En mi casa verdaderamente se respiraba #docencia y #educación. Se respetaba al maestro…

En mi educación personal fue una figura muy fuerte. Por eso es que tengo tantos recuerdos que evidentemente me han marcado en mi forma de pensar.  

Después de tanto tiempo transcurrido, aún la educación tiene muchas deudas, pero la escuela y el maestro siguen estando ahí… como una bandera celeste y blanca en cada aula de cada escuela, ya sea de ciudad o rural.  

Entiendo a la docencia hoy como un pilar fundamental en la formación de nuestros chicos. Me gusta pensar la educación conjuntamente con ‘romper estructuras’, y a partir de la duda y la curiosidad generar conocimientos nuevos. El otro día leí un breve texto de Eduardo Galeano, “Las locuras de Simón”, con una frase final que me pareció inspiradora.. “Enseñar –decía El Loco- es enseñar a dudar”.  

Aunque siento que este no es un año común para simplemente saludarlos en su día porque creo que es necesario reconocer todo el esfuerzo y sacrificio que llevan puesto desde que comenzó la pandemia, en seguir trabajando sin días y sin horarios, para seguir brindando una educación de calidad, para seguir incluyendo y en muchos casos preocupados por quienes están quedando en el camino.  

Por más que nos gustaría que esto hubiera funcionado, todos sabemos que lo que se pudo hacer este año no alcanza para compensar la presencialidad que necesita el vínculo de los alumnos con el maestro y a partir de ahora deberemos preocuparnos por aquellos estudiantes que se alejaron demasiado, para que vuelvan a estar presentes en el sistema.

Leonardo Simoniello