En un mundo en el cual era muy difícil perseguir los #sueños y las profesiones, en un contexto en que las oportunidades laborales para las mujeres eran pocas, y en el cual se las solía considerar sólo como buenas amas de casa, #AnaFrank se animó a soñar e incluso a trabajar para lograr sus metas... ella soñaba con ser una gran escritora y convertirse en periodista.
Ana expresa sus ideales y escribe acerca de ese "querer ser diferente" al resto de las mujeres que la rodean y que conoce. En las charlas que todos los días y noches presencia en el escondite, se interesa por aquellas en que hablan acerca de la política, de la situación de la guerra, del hambre, de las juventudes, del cine, del arte, de la literatura. Quiere opinar, pero la silencian...
Quiere leer, pero le dicen que hay cosas que no son para ella: o por muy chica, o por mujer. Mientras afuera, las mujeres de Alemania son educadas para ser buenas cocineras y cuidadoras del hogar, y a los hombres se les prepara para ir al ejército, dentro del escondite, Ana escribe, lee y se prepara para contarle al mundo, como una verdadera escritora y periodista, aquello que se vivió durante la guerra. Los escritos de Ana, además de reflejar su vocación, fueron el producto de su decisión de dejar plasmada en palabras el mundo que ella vivía y soñaba.
Casi como una profesional, en los últimos meses de su vida, reescribe su diario con la intención de convertirlo en una obra literaria que pueda ser publicable como novela bajo el nombre de #LaCasadeAtrás. Nada ni nadie la limitó, nada pudo hacer que ella abandonara sus sueños, y cada vez que volvemos a sus escritos encontramos argumentos de lucha, #resistencia y coraje.
Leonardo Simoniello